Conguitos, Maltesers y Lacasitos: Postulados teóricos.
A la hora
de afrontar el estudio de los distintos posicionamientos doctrinales en torno a
la afamada cuestión que nos ocupa, resulta obligado aludir en primer lugar a los
estudios del profesor A. Margolis, de la Universidad de Syracuse, que en su obra
pionera Principios estructurales del Malteser (Gibbons&Cash, Syracuse
University, 1958, traducida al castellano por R. Mosquera en 1961), sentó las
bases de la superioridad ontológica de este producto. Para Margolis, tal
status se
derivaría de sus vínculos literarios, y en concreto de su aparición en las
novelas de Graham Greene: “Reconocido hasta en las augustas páginas del gran
narrador de nuestros tiempos, el Malteser se encarama en todo lo alto del templo
de las deidades más dulces, crujientes y cremosas de la Historia” (Principios, p.67 y ss). Célebre
fue también su conocida encuesta entre los habitantes de Armadillo (Texas): 8 de
cada diez manifestaron su preferencia por la citada golosina. Por desgracia, las
innovadoras ideas de Margolis, en abierta contradicción con una parte sustancial
de la comunidad científica internacional, se vieron en entredicho al publicarse
los vínculos afectivos entre el profesor y la cúpula directiva de Maltesers,
Inc., así como al desubrirse que los encuestados de Armadillo habían sido
sobornados con Conguitos para expresar su preferencia por los
Maltesers.
Hubo que esperar a una de las cumbres del pensamiento aplicado a nuestro tema para situar correctamente el debate de ideas: “Síntesis epistemiológica del Lacasismo contemporáneo”, la famosa conferencia pronunciada por el Doctor Uriarte Calderas en 1967 ante el Congreso Internacional de Chuches de Bolonia. Para Uriarte, el principal argumento para defender el liderazgo moral del Lacasito estriba en su irresistible variedad cromática: “Imposible evitar una profunda conmoción del espíritu ante el espectáculo único y emocionante del colorido del Lacasito, desde la coraza áurea a la bermellona, del azul del océano infinito al marron oscuro de los espacios siderales”. Por desgracia, el brillante entramado teórico de Uriarte y sus seguidores se vió perjudicado por la desunión en sus filas, expresada en la irreconciliable polémica entre defensores del chupado lento y del masticado rápido del Lacasito. Sumida en interminábles discusiones al respecto, esta línea de pensamiento parece ir perdiendo adeptos.
La última gran
aportación doctrinal sobre el asunto se resume en la comunicación del profesor
Higuera Cotorruelo de 1981 “Generativismo y dinámica funcional del
Conguito”,
realizada para la Universidad de Salamanca. La fuerza de este aporte teórico
radica en su originalidad de base: la desconcertante similitud entre el conguito
y las alubias de Tolosa,
verificada con una encuesta que demostró que, de hecho, la mayoría de los tolosarras confundieron a simple vista un guiso elaborado con alubia a otro con conguito. Para apuntalar intelectualmente su argumento, Higuera aportó un experimento más: mientras el cacahuete desnudo permanece casi siempre sin tocar en la mayoría de las cafeterías, revestido con el manto chocolateado del Conguito desaparece a los pocos minutos.
verificada con una encuesta que demostró que, de hecho, la mayoría de los tolosarras confundieron a simple vista un guiso elaborado con alubia a otro con conguito. Para apuntalar intelectualmente su argumento, Higuera aportó un experimento más: mientras el cacahuete desnudo permanece casi siempre sin tocar en la mayoría de las cafeterías, revestido con el manto chocolateado del Conguito desaparece a los pocos minutos.
Tiene el lector la
última palabra. Deseo que este breve apunte doctrinal ilumine en lo posible un
debate tan apasionante. Slurp, crunch, ñam, chup chup...